“Una de las enfermedades bucodentales más frecuente es la caries… casi el 100% de los adultos tienen caries dental en todo el mundo. Y entre el 60% y 90% de los escolares” (OMS, Organización Mundial de la Salud, Informe 2010).
“La caries dental es la enfermedad crónica más extendida en el mundo y constituye un reto importante en salud pública” (Atlas de Salud Bucodental, FDI, Federación Dental Internacional, 2015)
Sería exagerado decir que estamos ante una pandemia, pero se acerca a lo que etimológicamente significa pandemia: “Enfermedad de todo un pueblo”.
Si es así, entonces ¿por qué la subestimamos tanto?
Lo que queda claro es que la OMS califica la caries como enfermedad, nos hagamos o no los de la vista gorda, y que es tan común y extendida que estamos afectados la casi totalidad de las personas.
Pero también la OMS deja claro que se la puede PREVENIR perfectamente (contando con políticas de salud pública, como la fluorización), o controlando otros factores de alto riesgo como son la higiene oral y el azúcar en la dieta.
Ya, si surge, cuando se la trata a tiempo su cura puede durar muchísimos años. Pero si se la deja avanzar, sus costos, incluido el económico, son altísimos: inflamación, dolor, complejas reconstrucciones, desvitalización, pérdida de la pieza, retracción de la encía, disfuncionalidad en la mordida con secuelas sobre la nutrición, etc.
Remarca la OMS en su último informe: “Las enfermedades bucodentales presentan factores de riesgo relacionados, entre otros, con la mala salud, el tabaquismo y el consumo nocivo de alcohol, factores que comparten con las cuatro enfermedades crónicas más importantes, a saber: las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. Es de notar a este respecto que las afecciones bucodentales a menudo están asociadas a enfermedades crónicas”.
Así que le propongo: mejor descáriese.