DÉNIZ CLÍNICA DENTAL

Dieta hipercalórica y salud cardiovascular

Los miembros de una población indígena de la Amazonía de Bolivia, los Tsimané, “tienen los corazones más sanos que se hayan estudiado”. Así lo anuncian Michael Gurven y Thomas Kraft, profesores de la Universidad de California y codirectores del Proyecto de Historia de Vida de Tsimané, apoyado por los Institutos Nacionales de Salud de USA. Mismo veredicto sostiene un artículo de la revista médica británica The Lancet: sus arterias son las más sanas jamás registradas en cualquier población del mundo.

Libres de enfermedades cardíacas, hipertensión mínima, baja prevalencia de obesidad, bajos niveles de colesterol y de Diabetes tipo 2, se dice que un tsimané de 80 años tiene la misma edad cardiovascular que un estadounidense de 55. Incluso sus arterias son más sanas que las de los japoneses de Okinawa, famosos por su longevidad asociada con la baja ingesta de grasas.

Contrariamente a lo aceptado hoy día, el secreto de los Tsimané ha sido atribuido a una dieta alta en calorías, 2,4 a 2,7 kilocalorías al día, compuesta principalmente por carbohidratos (64%), proteínas (21%) y un escaso consumo de grasas (15%). Puesto que no comen gran variedad de alimentos, casi dos tercios de sus calorías provienen de carbohidratos complejos como yuca, plátano, maíz, mandioca y arroz. Un menor porcentaje deriva de cerca de 40 especies de peces y de caza silvestre.

No tenemos que irnos tan lejos como a Japón para encontrar modos de alimentación y estilos de vida fiables y sanos para nuestro corazón. Nuestras culturas de Hispanoamérica poseen una sabiduría ancestral que sumada a los abundantes recursos naturales puede ser ejemplo de equilibrio personal, comunitario y ambiental. Los frutos que dan nuestras tierras y una vida físicamente activa bastan para mantener joven y saludable el corazón y ponen en cuestión tantas modas dietéticas que promocionan alimentos procesados o alimentos cuya comercialización conviene a ciertos Estados.

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