Complementando el anterior post sobre las encías enfermas como causa o concomitante de trastornos sistémicos, pasamos aquí revista a otros hallazgos reseñados por la revista ScienceDaily en fechas recientes, sobre la incidencia de estas sobre otras partes de nuestro organismo:
Retina: este tejido, situado en la superficie interior de nuestros ojos, sensible a la luz, puede padecer la degeneración macular asociada con la edad (DMAE). La mácula es la procuradora de la visión central y de la fijación y por tanto la encargada de funciones tales como leer, conducir, ver TV y es la mayor causante, a nivel mundial, de pérdida progresiva visual en mayores de 50 años.
Pues bien, el Colegio Dental de Georgia, perteneciente a la Universidad de Augusta, presentó en marzo pasado el estudio “Investigando el enigmático vínculo entre la inflamación periodontal y la degeneración de la retina”, en el que se estableció empíricamente “el papel de la inflamación periodontal crónica inducida por las cepas Pg en la patogénesis de la DMAE”. La cepa Pg (Porphyromonas gingivalis) es una bacteria periodontopatógena altamente prevalente en la periodontitis crónica, que tiene capacidad documentada para invadir células epiteliales pigmentadas de la retina.
Hígado: una de las enfermedades crónicas del hígado más extendida es la cirrosis, causada por abuso en el consumo de alcohol, hepatitis vírica crónica o por hígado graso, que se manifiesta en la sustitución del tejido hepático normal por tejido cicatricial (fibrosis), destruyendo su estructura interna: la cirrosis produce diversos tipos de complicaciones, un alto riesgo de desarrollar cáncer y es causa frecuente de muerte.
En relación con las encías, numerosas investigaciones han mostrado que quienes padecen cirrosis presentan cambios en la microbiota salival y en el intestino (bacterias que pueblan el tracto gastrointestinal y la boca). Estas alteraciones, a su vez, pueden conducir a la periodontitis y a un incremento de las complicaciones relativas a la cirrosis misma.
Investigadores de la Universidad de Virginia y del McGuire Medical Center, publicaron en agosto pasado, los resultados de analizar comparativamente dos grupos de voluntarios que tenían tanto cirrosis como periodontitis moderada: un grupo recibió cuidado periodontal (incluyendo limpieza de dientes y eliminación de toxinas bacterianas), mientras que el otro grupo no recibió tratamiento para la enfermedad de las encías. Confirmándose la hipótesis, la mejora en el grupo tratado los llevó a concluir que “el cuidado bucal de rutina para tratar la enfermedad de las encías (periodontitis) puede desempeñar un papel en la reducción de la inflamación y de las toxinas en la sangre (endotoxemia), y mejorar la función cognitiva en personas con cirrosis hepática”
Articulaciones: dolores, inflamación, rigidez y pérdida de la función de las articulaciones son algunos de las manifestaciones de la artritis reumatoidea (AR), enfermedad inflamatoria crónica de naturaleza autoinmune, que también puede afectar órganos internos.
En el Congreso Anual de Reumatología celebrado en Amsterdan, en junio pasado, fue presentado por la Liga Europea contra el Reumatismo (EULAR 2018) “el primer estudio en describir la enfermedad periodontal clínica y la abundancia relativa de bacterias periodontales en individuos en riesgo de artritis reumatoidea. Nuestros resultados apoyan la hipótesis de que la inflamación local en las superficies de las mucosas, como las encías en este caso, puede proporcionar el desencadenante principal para la autoinmunidad sistémica vista en AR «.
En la exploración participaron dentistas que examinaron a 106 pacientes, a los que se les aisló placa subgingival, diagnosticando enfermedad periodontal en 73% de pacientes con riesgo de artritis frente a tan sólo un 37% en pacientes sanos. La hipótesis trabajada es que la prevalencia de la enfermedad de las encías podría ser un iniciador clave de la autoinmunidad relacionada con la AR. Se sabe que la autoinmunidad subyacente a la artritis reumatoidea se presenta como una respuesta de los anticuerpos a las proteínas citrulinadas. Y es aquí donde entra la ya mencionada bacteria oral Porphyromonas gingivalis (Pg), puesto que es el único patógeno humano que puede generar proteínas citrulinadas.
¿Vamos viendo entonces por qué es importantísimo acudir al odontólogo no sólo cuando se te pica o te duele un diente? Tus encías sanas cumplen una función vital en el equilibrio de tu salud integral.