DÉNIZ CLÍNICA DENTAL

Sonrisa que sonroja

Tradicionalmente se consideraba que al dentista (entendido éste como quien sólo se ocupa de los dientes),había que ir cuando se tenía una molestia en un diente o, a lo más, en las encías. Y siendo ese el caso, no se pensaba que esta situación constituyera una enfermedad: una dolencia, era a lo sumo.

Pero la definición aceptada hoy y que confirma la FDI, Federación Dental Internacional, declara que la salud oral es un concepto mucho más amplio, que compromete a una variada serie de capacidades de la persona, capacidades cuya disfunción es diagnosticada ya como una enfermedad del aparato o sistema masticatorio: dientes, sus huesos de soporte, labios, lengua, encías, paladar, mejillas, maxilares, papilas, etc.

De acuerdo con la FDI, gozar de buena salud bucodental es estar en posesión plena, sin dolor ni malestar, de las capacidades de: hablar, sonreír, saborear, tocar, masticar, tragar, transmitir emociones.

Esta amplia definición incorpora ahora a los aspectos fisiológicos, los factores psicológicos y sociales que interactúan dinámicamente en el bienestar del sistema.

Habrás visto muchas veces a alguien que apenas entreabre los labios al sonreír, o que se tapa la boca con la mano para hablar (como los jugadores de futbol), o que se aleja de ti por vergüenza de su mal aliento. Podríamos decir que está siendo un discapacitado bucodental, por el menoscabo de sus capacidades sociales y de intercomunicación, por el deterioro que está sufriendo su capacidad para comer, nutrirse y tener una buena digestión, por la merma en el disfrute de sabores y aromas, por el quebranto de su autoconfianza, por su dificultad para transmitir emociones a través de expresiones faciales y, en últimas, por la repercusión que todo ello está generando a su bienestar y a salud general.

Es de sentido común, pues, que estés con los 5 sentidos en el cuidado de tu boca: sentido del gusto, sentido del olfato, sentido del tacto, sentido del oído

… y el de cómo te ves.

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