Que el tabaquismo es nocivo para la salud en general, no está en discusión a estas alturas. Que este hábito/vicio compromete seriamente la salud oral y dental, tampoco se pone en duda: la nicotina y las diversas sustancias químicas que acechan en los humos del cigarrillo, son los culpables de enfermedades tales como cáncer de boca, periodontitis (un fumador tiene un doble de riesgo de sufrir de infección de encías), mal aliento, dientes manchados, afectación de los sentidos del gusto y del olfato, etc.
Pero hay una alternativa que ha ido ganando terreno entre los fumadores cuando quieren desengancharse del tabaco y es el cigarrillo electrónico (en España se calcula que hay unos 400 mil vapeadores)
Pues ahora un estudio de la Universidad de Rochester, publicado en Oncotarget, advierte que estos artilugios son igualmente perjudiciales para la salud oral a nivel celular y molecular e inciden en la enfermedad de las encías: «Mostramos que cuando los vapores de un cigarrillo electrónico se queman, provocan que las células liberen proteínas inflamatorias, lo que a su vez agrava el estrés dentro de las células; esto produce daños que pueden conducir a diversas enfermedades orales»
Estos dispositivos contienen una batería, un aparejo de calentamiento y un cartucho para los líquidos, que usualmente contienen nicotina, saborizantes, aromatizantes y otros productos químicos. El dispositivo, alimentado por batería, calienta el líquido del cartucho en un aerosol que el usuario inhala y expele entre una nube fantasmal.
Para desanimar aún más a aquellos que han tomado esta vía intermedia para dejar de fumar (o, por lo menos, para tranquilizar su conciencia), son innumerables los estudios que alertan de los riesgos del vapeosobre la salud en general.
Entonces, a nivel de la salud oral, el vapeo no va.