“Para qué, si de todas formas dentro de poco se le va a caer… y, queramos o no, es un costo”. Este es el raciocinio que muchos padres se hacen y que no deja de tener su lógica, aunque es incorrecto.
Antes que todo hay que considerar la situación vital del niño: edad, síntomas, estado del diente, etc. El tratamiento adecuado no será el mismo si, por ejemplo, no presenta síntomas y el diente está próximo a caerse, a que si el niño tiene apenas 5 años y presenta caries notable.
Los dientes permanentes pueden tardar aún mucho tiempo en venir. Aunque hacia los 6 o 7 años empiezan a caerse los dientes de leche, sólo hasta los 12 o 13 años el niño no tendrá completa su dentadura permanente; entre tanto, los dientes de leche son fundamentales pues cumplen varias funciones que justifican su presencia y cuidado:
- Los dientes de leche cumplen la función esencial de la masticación, base de una adecuada nutrición.
- Los dientes de leche ayudan en la fonética y en la formación correcta de palabras.
- Los dientes de leche son la guía para que los dientes permanentes salgan correctamente
- Unos dientes de leche insanos pueden producir sobremordidas y afectar la estructura de la mandíbula
Ahora bien, la caries puede originar a la postre inflamación y dolor y si es profunda y penetra hacia la raíz acabará con la pérdida prematura del diente, bien porque este se caiga o bien porque el dolor convenza al odontólogo de su extracción. Al dejar un espacio, los demás dientes tenderán a moverse y a ocuparlo dificultando y retrasando la posterior erupción del diente permanente, sin excluir asimismo el apiñamiento y malposición de los demás.
¿Qué hacer entonces cuando se detectan caries? Según Kamini Shah, secretario honorario de la Asociación Británica para el Estudio de la Odontología Comunitaria, «Hay dos escuelas de pensamiento: una sopesa que los dientes de leche pueden causar dolor y noches de insomnio, por lo que los dentistas deberían empastar.
La otra opina que en realidad hay evidencia sobre que empastar los dientes de leche es cuestionable” … y se inclina por no someter al niño a las molestias de los pinchazos al anestesiarlo y al ruido del torno, aplicándole más bien sobre la caries selladores, para ralentizar la enfermedad o incluso detener la caries si se aplica con la frecuencia suficiente.
El Dr. Shah dijo: «De esa manera ganas la confianza del niño y puedes trabajar en la prevención. No debes molestar al niño y hacer que tenga fobia a los tratamientos futuros”
Para caries incipientes, asintomáticas y/o en dientes que están próximos a caerse, este abordaje parece ser apropiado. Pero en dientes de leche que aún tardan en caerse y con caries más avanzadas, lo preciso es empastarlo en consideración a las complicaciones que le pueden reportar en el futuro.
De cualquier forma, entre empastar por CARIES o evitar CARIES, cuál crees que será la opción que más te agradecerá tu hijo… y tu bolsillo?